El Laverinto Del Eclipse-Chapter 24: Capítulo 6 – La Revelación del Abismo

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Chapter 24 - Capítulo 6 – La Revelación del Abismo

La noche se había asentado definitivamente sobre el Último Bastión, y el grupo se había dispersado para descansar antes de partir al amanecer hacia el laboratorio. Sin embargo, el ambiente en el Bastión era cualquier cosa menos pacífico. La tensión latente se transformaba en murmullos y susurros en los pasillos, mientras cada superviviente se preparaba para la misión que, según Roldán, podría desvelar el oscuro origen del virus Eclipse.

En una sala lateral, Kai y Lía compartían un breve momento de respiro. La luz tenue de una lámpara de aceite oscilaba, dibujando sombras danzantes en las paredes agrietadas. Las palabras de la última reunión aún resonaban en sus mentes; el debate sobre la "marca" del virus y la inquietud de que el Eclipse pudiera no ser solo una maldición, sino una puerta hacia algo más profundo y terrorífico.

—He estado pensando —dijo Kai en voz baja, rompiendo el silencio—. Si la marca es la clave para entender cómo el virus nos afecta, entonces quizá... la respuesta está en lo que hay más allá de estos muros.Lía lo miró, sus ojos reflejando la fatiga y la determinación de alguien que ha perdido demasiado para rendirse.—El laboratorio no es solo un depósito de secretos —contestó ella—. Es el epicentro de experimentos que alteraron la esencia misma de la vida. Y si vamos a enfrentarnos a ese abismo, debemos saber en qué nos estamos metiendo.Kai asintió, apretando suavemente la mano de Lía, una conexión silenciosa que les recordaba que, a pesar de la brutalidad del mundo, todavía podían encontrar consuelo en el otro.—No quiero que nos perdamos en la oscuridad, Lía. No solo debemos luchar contra lo que se esconde afuera, sino también contra lo que acecha dentro de nosotros.—Lo sé, Kai —respondió ella con voz apenas audible—. Pero si hay una forma de detener el Eclipse, debemos arriesgarnos a descubrirla, por nosotros y por todos los que hemos perdido.

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Mientras tanto, en el exterior, el grupo de la expedición se reunía frente a la entrada del laboratorio. Roldán, con rostro marcado por la gravedad de la situación, se preparaba para liderar la partida. Los Heraldos del Eclipse y otros enemigos habían sido neutralizados momentáneamente, pero la atmósfera estaba cargada de la inminente amenaza de que algo aún más siniestro emergiera de las profundidades.

El aire se volvió denso cuando, de repente, una alarma comenzó a sonar en todo el Bastión. Voces y gritos se mezclaron con el retumbar de pasos apresurados.—¡Alerta máxima! —ordenó Roldán—. Alguien ha activado el protocolo de emergencia en el sector norte.Kai y Lía se miraron con preocupación. El sector norte era la zona donde se encontraba la entrada principal del laboratorio, y cualquier fallo en ese lugar podía significar el fin de la expedición, o peor, la caída del Bastión.

El grupo se movilizó rápidamente. Kai, Lía, Roldán, Marcos (quien se había recuperado lo suficiente para caminar) y algunos otros integrantes se dirigieron hacia el origen del sonido. Mientras caminaban por un pasillo oscuro, los murmullos se intensificaron. Cada paso parecía despertar sombras en las paredes, y el eco de la alarma se mezclaba con una extraña vibración en el suelo.

—¿Escuchan eso? —preguntó Marcos, con voz tensa, mientras se detenía en seco.—Es como el latido de un corazón —añadió Roldán, mirando con inquietud una pared que vibraba levemente.Lía frunció el ceño y se volvió hacia Kai:—Algo grande se está despertando aquí, y no es solo el sistema de seguridad del laboratorio.Kai asintió, ajustando su empuñadura del machete.—Esto va más allá de lo que esperábamos.De repente, una vibración más fuerte sacudió el pasillo. Los paneles de metal cayeron y el suelo comenzó a resquebrajarse.—¡Prepárense! —gritó Roldán.En un instante, la pared a la izquierda se abrió revelando una cavidad oculta, un abismo de oscuridad profundo del cual emergía una niebla espesa y densa.—Es... el abismo —murmuró Marcos, retrocediendo.La alarma se transformó en un estruendo ensordecedor. Una voz metálica, distorsionada por el eco del abismo, se escuchó en el pasillo:—Bienvenidos a la Marca del Eclipse.Kai sintió que el corazón le latía con fuerza, y Lía se estremeció. La entrada al laboratorio no era simplemente un vestigio del pasado, sino un portal hacia algo que había sido sellado, algo que los experimentos del Proyecto Génesis habían desatado.

El grupo se detuvo en seco, mirando la abertura con asombro y terror.—¿Qué significa eso? —preguntó uno de los miembros, su voz temblorosa.Roldán respondió con tono grave:—Significa que este lugar guarda secretos que jamás debieron ser revelados. Que el virus Eclipse se alimenta de la oscuridad... y que ahora, esa oscuridad quiere reclamarnos.Lía se adelantó, acercándose a la entrada. Con cautela, tocó el borde del abismo.—Puedo sentir... energía. Como si este lugar estuviera vivo.Kai la miró, preocupado.—¿Estás segura? ¿No sientes miedo?Lía respiró hondo y respondió:—El miedo es natural, pero debemos enfrentarlo. Solo así encontraremos la verdad.Mientras Roldán ordenaba a algunos de los integrantes que se prepararan para ingresar, Kai y Lía se quedaron a solas por un breve momento en el umbral.—Si cruzamos ese umbral, no hay marcha atrás —dijo Kai, con voz baja y serena.Lía asintió, apretando la mano de Kai con firmeza.—Pero es la única forma de detener este mal.Kai sonrió levemente, y en sus ojos se reflejaba la determinación.—Entonces, juntos. Siempre juntos.

Con esa promesa silenciosa, el grupo se preparó para descender hacia la oscuridad. La entrada del abismo brillaba con un resplandor tenue, revelando inscripciones antiguas y símbolos que parecían fusionar ciencia y misticismo. La marca del virus, una media luna quebrada, estaba grabada en la piedra.Mientras el grupo se adentraba, cada paso resonaba en el vacío. La oscuridad era casi tangible, y cada rincón parecía esconder una sombra.La expedición se adentró en el abismo, dejando atrás la seguridad relativa del Bastión, conscientes de que lo que encontrarían podría cambiarlo todo.—Aquí es donde se separa el destino de la humanidad —dijo Roldán, mirando hacia las profundidades.Kai y Lía intercambiaron una última mirada de complicidad antes de avanzar, sabiendo que el verdadero desafío apenas comenzaba.En la penumbra, la voz de la maquinaria antigua, mezclada con sus propios latidos, se fusionaba en un coro lúgubre que marcaba el inicio de la revelación.